La edición de este año de la Smart City Expo World Congress, celebrada entre los pasados días 17 y 19 de noviembre en Barcelona, ha sido más efervescente e interesante que en ediciones anteriores.
A la zona expo del evento se ha podido percibir que la superación del clima de crisis de los años pasados favorece un mayor nivel de confianza por parte de las empresas tecnológicas, que se traduce en la intensificación de las inversiones en el desarrollo de sus propuestas. Por otra parte, transcurrido el tiempo necesario de maduración desde la irrupción del concepto ‘Smart City’, se observa que las opciones que se ofrecen son bastante más diversificadas, consolidadas y, sobre todo, más ajustadas a su posible viabilidad de mercado. Merece ser destacado el notable grado de desarrollo que están alcanzando las plataformas transversales, así como el grado de refinamiento de las soluciones verticales.
Es remarcable también que uno de los comentarios más repetidos durante estos días ha sido que, bajo la heterogeneidad de las propuestas, hay un elemento que todas ellas tienen en común: mapas inteligentes. Como bien se comentó en el XIV Foro TIG-SIG que se celebró la semana anterior, las fronteras de estos paradigmas respecto al GIS son difuminadas, sólo son de escala, de evolución: sistemas de información que registran, analizan, muestran en tiempo real inputs y dinámicas que se producen en el territorio, especialmente en las ciudades. Pero con la particularidad de que las nuevas fuentes de captura de la gran cantidad de datos, principalmente la sensorial, y el BigData, permiten hoy en día un elevado grado de integración de información, la elaboración de modelos más complejos y la disposición de sistemas de toma de decisiones mucho más complejas y sofisticadas.
Una dinámica parecida se ha podido observar en las salas del congreso Smart City, donde en múltiples sesiones paralelas se podían escuchas reflexiones, compartir modelos, y conocer casos que, en conjunto, perfilan una progresión significativa en el grado de maduración de las prácticas. Una atenta escucha del conjunto permite vislumbrar los ejes de estructuración de la evolución futura de un campo de actividad industrial y de servicios que, sin duda, será llamado a ser central tanto en la gestión de las conurbaciones, como en la articulación del nuevo marco de colaboración entre las administraciones públicas y las iniciativas privadas.
Por su parte, SEYS ha intensificado durante estos días sus contactos con los diferentes agentes del sector. En fructífero diálogo a muchas bandas, ha podido dar a conocer la evolución de su orientación y avanzar en acuerdos de partenariado que sin duda serán productivos.